Nuestra atmósfera siempre ha estado
cambiando a lo largo de su historia, pero hubo épocas en
que su ritmo de cambio se acelero bastante, hasta el punto de renovarse
por completo en un plazo bastante pequeño. Esto último sucedió por
lo menos en dos ocasiones desde su formación hace 4000
millones de años. Sin embargo, hasta ahora no no estaba claro que lo que
ocasionó un cambio tan drástico. Se pensaba que la causa era una colisión
cósica de gran magnitud. Ahora , unos científicos del
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, el instituto Tecnológico de California (caltech)
en Pasadena, y la Universidad hebrea de Jerusalén, las dos
primeras instituciones en EEUU y la ultima en Israel han dado
con una explicación mas plausible: un largo bombardeo de pequeñas
rocas espaciales contra la Tierra durante la época en la que se formo
la Luna habría sido capaz de levantar nubes de gas con
suficiente fuerza como para expulsar de forma permanente
pedazos de atmósfera al espacio.
Los investigadores calculan que
decenas de miles de esos impactos pudieron expulsar toda
la atmósfera primitiva de la Tierra. Estos
impactos quizá también afectaron del mismo modo
a otros planetas, arrancando las atmósferas que por aquel
entonces tenían Venus y Marte, y haciendo que fueran
reemplazadas luego por otras nuevas.
De hecho, el equipo de la profesora
Hilke Schilchting, de MIT, ha encontrado que ese bombardeo de rocas pudo ser
mucho más efectivo que los impactos gigantes a la hora de producir la pérdida
de la atmosfera. Basándose en sus cálculos, había sido
necesario a un impacto gigante (de un planeta casi tan masivo
como la Tierra chocando entre ellas) para poder deshacer
la mayor parte de la atmósfera original. En cambio, la suma
total de muchos impactos pequeños habría tenido el mismo
resultado, siendo la masa global de todas esas rocas tan
sola una minúscula parte de la masa de la tierra.

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